Monday, June 23, 2008

Papafrita de corazón

¿Qué más da lo que piense esa mujer que llevo dentro?
Escucha bien pedazo de niña buena, mártir de feria, santa sin estampa, yo soy una papafrita que no se baña los domingos, que odia el fútbol cuando los hinchas pelotudos le gritan a la televisión, yo soy más guapa que cualquiera y soy más cualquiera que nadie. No voy a ser la primera de mi clase, ni la más bella de mis amigas, no seré la más flaca y me importa un rábano partido en cuatro la opinión de la gente.
Mujer de bien, mujer políticamente correcta, mujer de culpas y confesionarios, te puedes ir al infierno o al gimnasio con tus necesidades y tus peros, yo te destierro de mi colchón porque me quiero más sin ti.
Te largas en este instante porque me gusto así, papafrita, no sé que hago tampoco sé que voy a hacer y no me importa, hoy no me importa. Tengo un Ipod mental, me gusta Julio Iglesias y le he perdido la consideración a la gente que me trae sus problemas y su estrés, por algo deje el Derecho.
No vuelvas con tu histeria porque tus gritos no me detendrán, seguiré con el zapping, amaré South Park, el humor negro y los helados. Me seguiré negando a salir por salir, a aburrirme en cenas interminables, a dar mi opinión sobre la crisis política de mi país o la relación sentimental de cualquier persona. Soy una mediocre, una perezosa, una mentirosa, mis bromas son hilarantemente malas y me creo mejor que mucha gente. Me desesperan cosas minúsculas, encuentro detalles en otras personas que me dan ganas de matarlas, también creo que hay personas que están robando aire entre ellas Yola Polastri, Laura Bozzo y Barney, el dinosaurio que vive en nuestra mente y que cuando se hace grande es realmente soprendente.
Andate, no nos llames que nosotros te llamamos, porque yo soy nosotros, soy un plural. Nosotros porque soy fan de mi misma, porque estoy muy equivocada y esto me importa muy poco, porque muchas veces prefiero escuchar cincuenta veces Dos gardenias mientras leo Mafalda que salir con "la gente" un sábado por la noche.
Soy una papafrita, me nace serlo, es algo natural como las naúseas que me provoca el olor a hígado. Esta papafrita que a veces olvida que es feliz, se llena de ternura hasta sentir el corazón explotar cuando ve la magnitud inimaginable de su estupidez, por eso y porque simplemente me tenés podrida: Vete, olvida mi nombre, mi casa y pega la vuelta,o sea anda y ve y no vuelvas más.

3 comments:

Anonymous said...

pero niña... a mi me gusta el hígado.

lo que nos lleva a la siguiente conclusión:

tu ala olerá diferente que mi ala pero esas alas son nuestras y naidies nos las quita. Y apestan pe. Y que...

De vez en cuando es bueno mandar el desodorante al carajo.

Eva María said...

amén a la descarga

Superboy-Prime said...

jeje...
se feliz hija, se feliz...