Después de años de una (casi) total indiferencia hacia el mundial y el fútbol en general, me convertido en una apasionada seguidora. La gente por no decir los hombres fanáticos peloteros y pelotudos, me decían que yo no entendía porque soy mujer y por que yo no viví esos años maravillosos del fútbol peruano, me perdí los años de oro de Lolo Fernández y el "Nene" Cubillas. Este tipo de explicación sólo causó que mi indiferencia se convirtiese en fastidio, ya que entonces la cuestión no era que no me importase sino que ahora me molestaban los partidos a cualquier nivel, desde la canchita semi alumbrada del barrio hasta los partidos en el Camp Nou. De solo pensarlo empieza a crecerme un odio visceral ...
Y sin embargo, aquí estoy hecha una buena seguidora del mundial, he visto casi todos los partidos, pendiente de los resultados, alentando a los equipos sudamericanos, reconociendo las diferencias de estilo y de técnica. La razón, según creo, está en que no tengo a un par de orangutanes al costado gritando estupideces a la tele, no tengo a mi lado quien diga que fulanito metió tantos goles en la Eurocopa ni que tal otro ha estado en tres mundiales.
Me gusta el mundial, me gusta el fútbol en equipo donde no hay jugadores-modelos-metrosexuales, me gusta ver que la cultura influye en la manera de jugar y me gusta usar el fútbol como excusa para tomarme una cerveza. Pero, me jode en sobremanera los grandes clubes con mucha publicidad, las publicaciones sobre la vida privada de los jugadores y los fanáticos hincha pelotas que perturban mi paz. Así que no está mal este mundial, sin Francia, sin Italia y sin Inglaterra en octavos y sin ningún hincha fanático de la pelota y del Barca en casa que no entiende que a veces se gana y otras se pierde.
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