Guiso de pollo para el alma de los hartos

Tengo que ir a dormir, mañana me espera una vida llena de cosas que no quiero hacer, tantas que no sé por donde empezar. Diría que ya no sé si las quiero hacer, lo único que me motiva es esta sensación extraña de saber que mi vida esta llena de posibilidades. No es mi inteligencia, ni mi belleza física(todos tenemos una cantidad de las dos), es la vida. Con lo jodida que está ,a veces recuerdas que es bueno estarlo de vez en cuando para que te guste estar bien y disfrutes de las buenas cosas, las buenas y pequeñas cosas que te dan los días.
Ya no peleo con las horas, pelear con ellas es perder por adelantado. Así que pueden ir y venir porque a mi me dan lo mismo, me desquito perdiéndolas , a veces se me evaporan , a veces saben a eternidad como sea todas son del mismo tamaño y morirán una tras una y yo quedaré aquí. Eso de vivir día a día quizás sirva, ese siempre ha sido mi consejo para la depresión busca una cosa que te guste hacer y manda el resto o lo que se pueda mandar a la mierda. No importa que tengas que hacer algo que no te guste la próxima semana, o que el resto del año tengas un trabajo miserable, tu vida no es un trabajo ni una carrera. No olvides que eres mejor que el peor de tus actos y que te puedes morir mañana de una manera estúpida por más que hayas tomado vitaminas y no uses el microondas para que no te de cáncer.
Estoy difrutando el tiempo que pierdo escribiendo esto, sigo agobiada por la cantidad de cosas que tengo que hacer, por todo lo que llena esta vida que no he pedido. Solo que si esto fuera fácil no tendría gracia, yo no me podría quejar, se acabaría mi exageración y lo peor es que no me recompensarían con las casualidades.
Tengo altos y bajos, tengo ansiedad y optimismo, tengo certezas y dudas, tengo esta vida en el fondo optimista, le tengo pánico escénico a la vida una vez a la semana pero lo más importante es que tengo la posibilidad de hacer lo que quiero aún cuando yo no sepa que significa eso.