Me he estresado las tres últimas semanas fijando un rumbo, saqué el plan Abecedario, revisé opciones, miré dentro de mi cabeza, barrí mis alucinaciones y sólo tomé lo necesario. Para tomar la decisión había que ser práctico y yo, yo no lo soy. ¿Cómo se supone que debo decidir, siendo tan distraída como soy, qué haré con mi vida ahora que terminé una carrera? Es demasiada responsabilidad, no puedo ocuparme de semejante cosa, aunque claro , nadie más lo va a hacer.
Pensé que podría lanzar una moneda al aire, dejar que el azar decida, sin embargo no soy tan supersticiosa, así que de monedas... nada.
Reduje mis opciones a tres, la más práctica, la que implica mucho esfuerzo y la más incierta.
Al principio, con mucho coraje opté por la primera, me puse toda seria, qué madura que puedo ser. Eso me duró dos días o una tarde , ya no lo recuerdo. Porque cambié de opinión y escogí la segunda, tomé fuerza, una mártir, una luchadora, ¡qué motivación! Esta vez me duró tres días o una noche, tampoco lo recuerdo. Fue por este camino que llegué a la noche de anoche, estaba en el MSN conversando con un amigo con él que no hablaba hacía algún tiempo, recordé entonces que la incertimdumbre puede ser muy atractiva y que los días son más intensos si no sabes adónde te pueden llevar. He tomado una última decisión escogiendo la última de mis opciones, me voy por el camino oscuro y sin nombre. Al empezar esto recordé los álbumes que llenaba cuando era chica, yo siempre preferí comprarme los sobres de figuritas , nunca pedí las figuritas por números, saber que te va a tocar le quita el encanto al asunto y algo sin encanto es meramente ordinario. Hoy le voy a la incertidumbre aunque pueda tocarme una figurita repetida, que más da!
1 comment:
Me parece la más acertada... De pronto, como hace tiempo no me sucedía, me sentí súper identificada con tu post...
Ahí nos veremos, a ver qué se viene?
Chio
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