Thursday, December 11, 2008

Delirando

Te he visto de pasada, me di cuenta que estabas en la biblioteca cuando ya me había marchado. Estuviste en mi trabajo, te serví como a los otros clientes pero me perturbó tu sonrisa. Con el tiempo empezaste a estar más presente, te has vuelto una constante. Ayer quise pedirte que te fueras pero olvidé tu nombre o quizás nunca lo supe.

Te he encontrado hoy en el teléfono mientras hablaba con un antiguo amante, en la postal que le escribí a mi madre ayer en la tarde y en mi vida nueva en otra ciudad que todavía no visito. No me fijé que me quitaste el reloj, no te vi cuando entraste a mi casa a poner todo en su sitio.

Te he estuve esperando el martes y llegaste el miércoles, te esperé el siguiente miércoles y llegaste el jueves. Decidí no esperar más y volviste el martes pasado con tu mirada de psicópata, de indiferencia y coquetería.
Probablemente me haya vuelto loca, nunca llego a ver tus manos pero sé que no vives en este mundo.

Sólo quiero saber dónde duermes, si tus días también tienen 24 horas y si los días en tu calendario tienen el mismo orden, si el agua refresca y el sol calienta. Quiero saber.
¿Estabas afuera de la iglesia los domingos cuando iba a misa de niña? ¿Conoces el silencio? ¿Sabes su nombre?
No te diré que me avises porque no quiero esperarte, prefiero que me sorprendas y que quede la posibilidad de esta imposibilidad que me trae a esa que era yo y que me cae tan bien. Porque esta extraña que duerme en mi cama y que nadie conoce, tan callada, tan segura , tan rara, tan de mundo y tan buena, no sabe hacer otra cosa que pensarte y es un lastre.

1 comment:

ju4nc4 said...

er...
zau?